¿Puede convertirse en un gran éxito literario la historia del asesinato de una familia en la América rural? La respuesta es sí. El libro obtuvo el aplauso unánime de la crítica, ejerció notable influencia sobre otros escritores, fue un éxito de ventas sin precedentes y consagró a Capote como una figura indiscutible de la literatura del siglo XX.
A finales de 1959 el conocido escrito Truman Capote leyó una noticia en el New York Times: el asesinato de los cuatro miembros de una familia de granjeros en un remoto pueblo de Kansas. Los culpables eran un par de individuos que se llevaron un botín ridículo. Un crimen brutal sin un móvil claro. Interesado por el tema, viajó al lugar de los hechos y empezó a investigar por su cuenta. Se interesó tanto que pasó varios años entrevistando a los lugareños, a los policías que llevaban el caso y a los dos asesinos que, después de ser detenidos y juzgados, esperaban en el corredor de la muerte a ser ajusticiados. Cuando fueron ahorcados, asistió a la ejecución.
El resultado de su ardua investigación fue esta crónica novelada de un crimen absurdo. Su autor había inventado un nuevo género a medio camino entre el periodismo y la literatura: la novela de no ficción. Capote va más allá del mero reportaje. Crea una pieza literaria de gran envergadura que funciona como un doloroso puñetazo al lector, al ponerlo ante un crimen irracional perpetrado por un par de perdedores que acaban convertidos en asesinos psicópatas.
0 comentarios:
Publicar un comentario